Toledo debería contar con un Plan de Regeneración Turística o al menos
el Plan Estratégico que la ciudad está / estaba desarrollando (hasta la crisis)
debería contemplarlo y no lo hace. ¿Qué mejor estrategia de ciudad podría contemplarse
para Toledo? Sin embargo, es poco lo que se ha hecho por la economía turística
de la ciudad y siempre con intervenciones aisladas, cuando cada actuación debe formar
parte de una estrategia, de un proyecto coherente de ciudad.
Ya no es suficiente para una ciudad competir sólo con argumentos
económicos. Los recursos culturales se convierten en un factor complementario imprescindible
en la competencia entre ciudades que dispongan de similares recursos y
problemas y quieran evitar el peligro del declive. El arte y la cultura se
ponen al servicio de la regeneración.
Las ciudades inmersas en un proceso de recuperación reutilizan espacios
infrautilizados desde el punto de vista urbanístico o que antes acogieron
actividades ahora en declive.
Una tónica común al potenciar la industria cultural suele ser su colaboración
con arquitectura y arquitectos de calidad cuyos edificios cumplen una doble
función: ser “caja” que alberga y preserva y, al mismo tiempo, ser ella misma
objeto cultural que asume su dimensión de monumento urbano.
Un caso de regeneración de una ciudad, muy diferente a Toledo, pero con
un gran éxito de implantación es el caso de Bilbao. El Guggenheim (1997) ha
sido el símbolo, emblema y motor de todo
un cambio de estrategia y actividad económica. Pero el verdadero inicio de la
revolución bilboeta comienzó 2 años antes:
En 1995 se inauguró el primer tramo de la Línea 1 del Metro de Bilbao (568 millones de euros). Su
imagen de marca son las bocas de acceso de cristal y acero diseñadas por Norman
Foster.
En el museo Guggenheim (126,5 millones de euros y 32,3 millones de
euros por adquisición de la exposición permanente) se estima que los impuestos de
los turistas que ha atraído a la ciudad hasta 2014, lo han amortizado por
completo.
El Palacio Euskalduna (100 millones de euros) "ha devuelto" 7’5 veces el dinero de su construcción con los
visitantes de los diez primeros años de vida.
Así, la ría que bordea ese entorno, se ha convertido en el nuevo eje de
desarrollo con el nuevo centro de la villa, parques, paseos, servicios y
viviendas. El Tranvía que la recorre (40 millones de euros) vertebra, cohesiona
y moderniza el entorno.
Esto ha sido sólo un factor mas de la revitalización, ni siquiera el
más importante: el Metro es el mas relevante para la vida diaria de los
ciudadanos, pero el Guggenheim es un icono y ha devuelto a los bilbaínos el
orgullo de serlo y sobre esa base ha sido posible crear una nueva ciudad.
La estrategia, la planificación y la ubicación elegida han generado una
sinergia de tal manera que el Euskalduna no atraería tantos congresos si no
existiera el Guggenheim y viceversa. Es posible que la recuperación de la ría
hubiese tardado décadas si no se hubiesen construido ambos edificios en su
misma orilla.
Pero la revitalización bilbaína no termina aquí. Toda una borrachera de
millones para lavar la cara a la capital de Vizcaya: Plan Especial de Reforma
Interior de Amézola (1'8 mill €), rehabilitación de la antigua Alhóndiga como
centro cultural (75 mill €), nueva terminal aeroportuaria (114 mill €), túneles
de Artxanda, Bilbao-Aeropuerto (106 mill €), nuevo Estadio San Mamés (173 mill
€) y actualmente la revitalización de la península de Zorrozaurre (291 mill € sólo
en urbanización)
El resultado es que Bilbao era conocida, pero no visitada y ahora es el
principal destino turístico de Euskadi con el 45% de los visitantes, superando
incluso a San Sebastián. Bilbao ha dejado de ser portuaria, industrial y gris
para ser una ciudad de servicios limpia y agradable.
¿Cómo ha cambiado el número de visitantes de la ciudad? ¿Cuántos han
sido necesarios para impulsar la transformación?
En 1996 (un año después de la inauguración del metro y uno antes del
Guggeheim) Bilbao recibía 265.000 visitantes al año (20’5% extranjeros, 54.696).
Después de la gran revolución, en 2014, llegaron 742.445 (36’8%, extranjeros, 273.220).
Con un total de 1.443.407 pernoctaciones.
¿Le ha compensado a Bilbao invertir mas de 1.587 millones de euros (se
dice pronto) en regenerar económica, turística, cultural y artísticamente la
ciudad?
Los visitantes casi se han triplicado y como hemos visto, hay edificios
e inversiones que ya se han amortizado en menos de 20 años mientras otras han
generado un beneficio de siete veces su inversión.
El artículo, aunque no lo parezca, es sobre Toledo. El caso de Bilbao es
sólo un ejemplo de la teoría de la regeneración. Toledo no tiene 346.574
habitantes (tiene 83.334), ni un área metropolitana de 910.578 habitantes (en
el de Toledo hay 110.000). Pero el número de visitantes en Toledo es mucho
mayor que en Bilbao, no se ha triplicado en los últimos 18 años como en éste,
pero se duplicó, nada menos, siendo 2 millones superior al de Bilbao, eso sí,
con la mitad de pernoctaciones.
En 1995 Toledo recibía 1.500.000 visitantes (730.000 extranjeros) con 720.000
pernoctaciones, mientras que en 2013 llegaron 2.735.507 de visitantes (1.258.333
extranjeros) con 738.587 pernoctaciones.
No uso los datos de 2014, pues son cifras muy condicionadas por el Año
Greco. Cuando llegaron 3.500.000 visitantes (1.400.000 extranjeros) con 898.547
pernoctaciones.
Llama la atención que la ciudad vasca ha tenido que invertir 1.500
millones de euros para triplicar sus visitantes y alcanzar una cifra que no
llega a los 800 mil. Mientras que en Toledo con un gasto muy inferior ha
alcanzado casi los 3 millones.
¿Quiere esto decir que “Toledo se vende solo”?
No, esto quiere decir que la cercanía a Madrid nos proporciona un tremendo
flujo de turismo de día, pero reduciendo drásticamente el número de
pernoctaciones. Haciendo que el turismo de Bilbao gaste mucho mas por día y
haga mas rentables y amortizables las inversiones.
Sin menospreciar la calidad y belleza de los monumentos de Toledo, hay
que decir que si Toledo estuviera mas lejos de Madrid, quizás pernoctaría
bastante mas gente, pero el número de turistas no rondaría los 3 millones, ni
de lejos.
Sólo el 27% pernocta y permanece en la ciudad al menos 2,4 días. Pero
si nos ajustamos a los viajes organizados, llama la atención que la cifra de pernoctaciones
se reduce y se sitúa en un 14,3%. Y ese es el turismo que predomina en Toledo:
ofertas de operadores turísticos que llegan en un 95’8% en autobús, consistentes
en una visita al Casco desde ciudades cercanas (principalmente Madrid) y que se
realiza en un día, como parte de un paquete turístico que incluye otras
ciudades monumentales cercanas (Aranjuez, Escorial, Consuegra…). El 65,5% de
estos visitantes de son extranjeros.
La Asociación de Hostelería de Toledo acaba de elaborar un estudio del
que se desprende que a pesar de tratarse de uno de los mayores patrimonios
culturales de España, los turistas solo visitan los 2 ó 3 monumentos más
relevantes. Además escasea el número de alternativas de ocio nocturno que
ayuden a incrementar el número de pernoctaciones. Son escalofriantes las cifras
de gasto en copas, cines o teatros: el 80’4% no se gasta absolutamente nada en estas actividades, el
17% se gasta menos de 10€, el 2’6% gasta entre 10 y 30€ y nadie se gasta mas 30€ en ocio nocturno.
¿Estamos dejando que “el pastel” del turismo toledano se corte y se
coma en Madrid?
Una buena medida sería la instalación de una oficina de turismo de Toledo
en el centro de Madrid que informe con claridad al turista de todo el potencial
que puede ofrecer Toledo como destino para no depender exclusivamente de los
operadores turísticos o las recomendaciones de los recepcionistas y guías
locales de pasear un día por la ciudad medieval con alguna empresa de las que
ofertan en sus mostradores y de las que se llevan una comisión, pero volviendo
siempre a dormir a la capital, no vaya a ser que se les escapen unos cuantos
euros.
Al menos la opinión de los turistas otorga a Toledo un 9 sobre 10 y
gasta de media 70€/día frente al 7 que otorgaba y los 50€/día que se gastaba en
1995
Como “Toledo no se vende solo” y el peso de la actividad económica en
el PIB (actualmente en el 11’4%) debería aumentar y repercutir en beneficio de
sus ciudadanos, entiendo necesaria la regeneración turística de la
ciudad dentro de un plan estratégico.
Las inversiones que se ha realizado en Toledo en estos 18 años y que se
pueden englobar en esta línea de trabajo han sido varias pero sin apuntar a un
solo área o zona a regenerar si no a actuaciones puntuales sin una estrategia
común: la llegada del AVE (72’9 mill €), Centro Cultural San Marcos (6 mill €),
el Palacio de Congresos (51 – 75 mill €), Amplaiación del Museo del Ejército
(39’9 mill €), el Centro de Recepción de Turistas (8 mill €, sin uso), Centro
Regional de Expresión Artística, CREA (10 mill €, las obras, paralizadas
estaban presupuestadas en 39 mill €), Escaleras mecánicas y aparcamiento de Recaredo
(9 mill €), Escaleras mecánicas y aparcamiento de El Granadal (2’3 mill €),
accesos a la ciudad como la A-40/TO-21(50 mill €), AP-41/circunvalación norte
(440 mill €, con un tráfico 79% inferior al previsto), circunvalación suroeste
(114 mill €), Pasarelas peatonales sobre TO-20 y TO-23 (1’8 mill €), Pasarelas
del puente de La Peraleda (3’4 mill €), Puente Colgante de Polvorines (1’7 mill
€).
Si hay una actuación que se ha hecho en Toledo como regeneración de un
espacio en declive para dotarle de un nuevo uso, ha sido la transformación de
la Fábrica Nacional de Armas en un Campus Universitario.
¿Por qué no vamos un poco mas allá y desarrollamos una avenida moderna
que vertebre el río Tajo, la Universidad, un museo Arqueológico de atractiva
arquitectura iconográfica que juegue con el Yacimiento arqueológico, parques,
paseos y el Circo Romano?
¿O un eje vertebrador regenerando culturalmente desde el Palacio de
Congresos, Bisagra, Tavera, Plaza de Toros, CREA, Centro de Recepción de Turistas
y Campo de Fútbol?
¿Cómo quedaría la regeneración del entorno desde el Palacio de
Congresos, Escaleras del Granadal, Estación de Autobuses, Safónt, Estación de
Ferrocarril, Recinto Ferial, Parque Botánico de Huerta del Rey hasta el Palacio
de Galiana?
¿O “simplemente” si regeneramos el Casco Histórico, con la catedral
como icono principal que contiene arte y que es arte en si misma, revitalizando
monumentos abandonados y cambiando usos de edificios con fines artísticos y
culturales, de encuentro y de expresión de la ciudadanía?
Cualquiera de estas opciones es viable e interesante, sin olvidar la promoción
del proyecto (del producto), antes incluso de llevarse a cabo. Se trata
básicamente de crear una imagen atractiva de la ciudad, de sus monumentos, de
la calidad de sus servicios hoteleros y de restauración creando una identidad
culinaria propia fácilmente identificable, de sus precios, de la cordialidad de
sus ciudadanos, etc.
Las ideas están ahí, pongamos manos a la obra dentro de un Plan
Estratégico e ilusionante que focalice el trabajo de las diferentes
corporaciones a lo largo de los años para que los problemas enquistados que se
eternizan en la ciudad se aceleren y sean oportunidades en un corto plazo de
tiempo.
Las ciudades tiene que luchar y evolucionar para ser más cómodas, prácticas y sostenibles. Muchas empresas de transporte de personas y mercancía ya utilizan medios de transporte eléctricos, cuya contaminación ambiental y sonora es mucho mejor.
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