Analizaremos primero as minorías étnico-religiosas de musulmanes, mudejares y judíos, que por su propia condición permanecían en muchos aspectos en los márgenes del nuevo sistema social.
En segundo lugar, analizaremos los grupos cristianos, según su origen: mozárabes indígenas, repobladores castellanos y francos. La identidad de fe y los intereses comunes permitieron, en este caso, la aparición de criterios globales de jerarquización y organización social, aunque permaneciesen, más o menos tiempo, los específicos de cada grupo.
Musulmanes
Existen pocas referencias sobre los musulmanes, después de la conquista, a pesar de su presencia predominante antes de que ocurriera. Muchos emigraron antes de la conquista (sobre todo intelectuales y administrativos) ante la exigencia islámica de vivir en pais del Islam. Y otros muchos se conviertieron ante la decadencia almorávide.
Mudéjares
Los mudéjares eran gente modesta dedicada a oficios artesanales al pequeño comercio y al culivo de la tierra. La comunidad mudejar toledana, es la primera de importancia que conoció la España cristiana, respetada en su libertad personal, en su residencia y oficio, en la propiedad privada de sus bienes.
Vivirían en Toledo entremezclados con el resto de la población y bien diferenciados de los moros cautivos de la guerra. Su población se redujo considerablemente al emigrar a Segovia, Ávila, Valladolid, Burgos y otras ciudades de la cuenca del Duero en busca de lugares más alejados de la frontera, donde su presencia no despertara sospechas de colaboración política con el mundo islámico.
Judíos
Vivieron en Toledo gracias a la protección personal que les dispensaba el rey, su señor, como grupo específico, ajeno a la sociedad hispanocristiana. Conservaron el barrio que ya tenían en época islámica, en el entorno de Santo Tomé y el Tajo.
Su número se incrementó mucho durante el s.XII, con judíos huídos del valle del Guadalquivir, a causa de la intolerancia de los almohades. Las condiciones eran entonces mucho mejores en el Toledo cristiano, a pesar de momentos de agresión, como los ocurridos en 1109, cuando murió Alfonso VI; o en 1212, al paso de los cruzados ultrapirenaicos que acudían a la campaña de Las Navas de Tolosa. La población judía podría haber alcanzado los 1.000 habitantes, la población mas importante de España.
La mayor parte de los judíos eran artesanos (sastres, carpinteros, herreros, carniceros, horneros) o pequeños agricultores propietarios de viñas. Pero destacaron unos pocos financieros, que actuaron a menudo como tesoreros o “almojarifes” de los monarcas, arrendadores de impuestos o grandes mercaderes. Destacan los linajes: Ibn Ezra, Ibn Shosan, Nehemías y Barchilón.
Mozárabes
Eran hispanocristianos que habían permanecido en la España islámica, recibieron un trato especialmente favorable después de la capitulación de Toledo por lo que disponían de derecho o fuero propio, reconocido por Alfonso VI.
Los mozárabes eran conocedores del funcionamiento económico y político de la ciudad, hasta el pundo de que el primer gobernador del Toledo conquistado fue el conde mozárabe: Sisnando Davldiz. Al hablar y escribir en romance y árabe, causaron el mantenimiento de ciertas pecularidades andalusíes en Toledo. Algo que fue fundamental, durante 200 años, para la transmisión y aceptación de rasgos culturales y organizativos procedentes del mundo hispanomusulmán, en el marco urbano de Toledo. Algunos linajes eran: lllán Pérez, Aben Lampader, Policheni, Cebrián, Imrán, Palomeque, etc.
Conservaron además, por algún tiempo, el empleo de la liturgia hispanovisigoda, cuyo uso como rito mozárabe sería restaurado por el arzobispo-cardenal Cisneros en 1508, en una capilla de la catedral toledana.
Sólo contaban la mozarabía de Toledo y, a mucha distancia, algunas otras (Talavera, Madrid, Maqueda, Guadalajara). En otros lugares o no hay mozárabes, o aparecen junto con los castellanos, como repobladores.
La fusión de los mozárabes con los castellanos, comenzó desde el momento de la conquista, mediante frecuentes matrimonios mixtos. En el XIII, la mayoría de las peculiaridades mozárabes se habían mezclado con las castellanas.
Castellanos
Los castellanos constituyen el grueso de la población, una vez pasados los primeros momentos, y su llegada continúa a lo largo de todo el siglo XII. Hay que incluir, con ellos, algunos gallegos y leoneses sujetos todos al mismo fuero, y casos sueltos de navarros, aragoneses y catalanes en la segunda mitad del siglo.
Como indicador claro del predominio poblacional castellano, está la existencia de 23 parroquias en Toledo de rito latino frente a 6 de mozárabes. Pero, por ser la castellanización el fenómeno general y común, ha dejado relativamente menos huellas.
Francos
Otro hecho muy notable es la llegada a Toledo de repobladores francos, procedentes del sur de Francia, e incluso algunos de Italia e Inglaterra. Fueron, evidentemente, un factor de europeización de la ciudad y de dinamización de las actividades artesanales. Aunque estaban presentes en otras partes de Castilla y del Camino de Santiago, es peculiar la fuerte identidad con que se organizaron en Toledo.
Dispusieron de fuero propio y oficiales judiciales (merino, sayón), se asentaron en el barrio entre la plaza de Zocodover, la catedral y el alcázar, con parroquia en la iglesia de Santa María Magdalena.
A partir de la segunda generación su integración con los castellanos fue en aumento, hasta llegar a la fusión total, de modo que, ya en el XIII, la palabra franco se refería a la condición de exento de ciertos impuestos directos, más que al origen étnico.
Fuente
TOLEDO EN ÉPOCA DE LA FRONTERA
Miguel Ángel Ladero Quesada
Universidad Complutense. Madrid
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